Con esas palabras sobre una camiseta blanca, los jugadores del Unión ingresaron al campo de césped artificial del Stayen. Una declaración de apoyo a su compañero Henok Teklab, que se rompió el peroné durante el entrenamiento de esta semana y lleva meses de baja. Pocognoli se vio obligado a retocar su once inicial, porque Castro-Montes y Rodríguez tampoco estaban en forma. Entran Terho, Eckert y François, además de El Hadj, que tuvo que sustituir a Puertas que se marchó a Arabia Saudí. 

Ese montón de nombres nuevos obviamente no ayudó al Union en su tarea de elevar el nivel de juego en las últimas semanas. STVV, que tuvo un comienzo de competición muy pobre, rara vez tuvo problemas importantes. Aunque quizá los canarios dieron un suspiro de alivio cuando François apuntó sin marca al portero Kokubo. Además: un disparo de Fuseini se fue desviado y un cabezazo de Eckert se fue por encima. No sirve de mucho. Al parecer, Unión lanzó balones largos a la espalda de la defensa truiense de manera poco inspirada, y supieron qué hacer con eso. Por otro lado, el equipo local fue al menos igual de peligroso, con un disparo desviado de Zahiroleslam que se fue desviado y un centro raso que detuvo justo a tiempo Sadiki. El resto no trajo ninguna mejora. Puede que Union haya dejado de apresurarse para encontrar profundidad, pero la creatividad seguía faltando en el último tercio del campo. Puede que El Hadj estuviera muy presente, pero no avanzó mucho en su variedad de movimientos en el fútbol sala. Ni siquiera un Sadiki fuerte podría hacer que las cosas funcionaran. Los aportes de Lazare y David hicieron poco para mejorar a Union. Fluyó hacia arriba y hacia abajo un poco, sin mucho peligro de dar en el blanco. La tarjeta roja a Delpupo en el minuto 86 dio algo de emoción, pero eso fue todo. Esa oportunidad de François después de quince minutos sería, en retrospectiva, el único intento real entre los postes en 90 minutos. STVV duplica su número de puntos, pero Union no puede conformarse con otro empate.